La
historiadora Diana Bonnett Vélez, Licenciada en Filosofía y Letras, egresada de
la Pontificia Universidad Javeriana, Maestra en Historia Andina, de la FLACSO y
Maestra y Doctora en Historia en El Colegio de México y profesora de la
Universidad Javeriana y Catedrática en el Doctorado en Historia en la
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC, autora de diversos
trabajos investigativos coloniales, entre los que se destaca la presente reseña
del libro “Tierra y comunidad Un problema
irresuelto: El caso del altiplano cundiboyacense (Virreinato de la Nueva
Granada) 1750 – 1800)”, así como del texto “La ofensiva hacia las tierras comunales indígenas. El caso del altiplano
cundiboyacense: 1750 – 1800”, co-investigadora en el trabajo “Entre el poder, el cambio y el orden social
en la Nueva Granada colonial; Estudios de caso”, y, “Balance y perspectivas acerca de los estudios sobre mestizaje”,
entre otros trabajos relacionados a la colonia en el siglo XVIII, siendo parte
de este estudio investigativa para su tesis doctoral ante el colegio de México,
el cual estudia la importancia de la política colombiana durante la segunda
mitad del siglo XVIII, que pretende ampliar y complementar algunos trabajos
inconclusos sobre lo que otros historiadores han abordado acerca de la historia
de los pueblos de indios y sus tierras comunales en la Nueva Granada,
específicamente en el altiplano cundiboyacense, donde se enfoca sobre el estudio
del régimen de la tierra y de cómo estas han desfavorecido a la desigualdad
social indígena, a partir de la reducción de tierras por su elevado
mantenimiento y que generaban pérdidas para estos pobladores así como sus
vecinos, y que ocasionaban diferentes procesos conllevaron a la venta, remates,
expropiaciones y otras formas de reestructuración territorial que fueron
determinantes a en un intento por mejorar la eficiencia económica de las
colonias, ser mejor controladas y administradas; durante este período, y
durante más de un siglo, las denominadas “Reformas
Borbónicas”, fueron entre muchos aspectos, junto a la información obtenida
de archivos evidenciaron los diferentes conflictos sobre la obtención,
adjudicación, expropiación y/o reducción de tierras comunales, y sobre todo los
informes que llevaron a cabo durante las visitas a territorios de algunas
partidas de indios y con el que lidiaron la situación jurídica de las tierras de
las diferentes zonas de la provincia de Tunja, y que en dicha época buscaba
hacer más eficientes la producción de tributos de toda la comunidad (secular,
criolla, etc.), así como de aquellos lugares que eran controlados por los
indios especialmente.
Inicialmente,
este trabajo traza unas pautas iniciales sobre las diferentes visitas
realizadas a las regiones del altiplano cundiboyacense, donde, alarmadas por la
grave situación de la población indígena que sucedía en la región, se tuvieron
la molestia de tomar algunas de las reformas impuestas para determinar la
propiedad corporativa de las tierras de los indios, que estaba siendo devastada
por diferentes procesos sociales y económicos, que conllevaron a determinar los
motivos por los cuales muchos resguardos fueron recortados o eliminados, que
por consiguiente determinaría el traslado de algunos pueblos de indios o
redistribución poblacional en otros resguardos indígenas, que había ocasionado
la disminución del tributo como forma de pago de los mismos. Cabe citar que, se
establece que en este estudio, se centra la labor de las visitas de Gutiérrez
de Piñeres, Andrés Berdugo y Oquendo, la de Francisco Antonio Moreno y
Escandón, la de Moreno y Campuzano y la de Joaquín de Aróstegui y Escoto, que
se realizaron en la segunda mitad del siglo XVIII.
Esta
visión de la historiadora también plantea que la determinación de estas
reformas fueron impulsadas a raíz de la nueva mentalidad y el espíritu de
modernización, al buscar una mejor rentabilidad y eficacia para la
reestructuración de los gobiernos coloniales, sobre todo el manejo y la
obtención de ganancias de las tierras que rendían un escaso tributaje, todo a
ello se ve influenciado por las ideas de los diferentes procesos políticos y
económicos de la Europa del Siglo XVIII, tomando en cuenta la influencia un
poco tardía las Reformas Borbónicas, causales de estas políticas que se
llevaron a cabo en todas las colonias de América. La autora aclara que esta
reforma a pesar de ser impulsada por las reformas borbónicas, no fue total o
completa, puesto que el carácter de dicha reforma, nunca fue producida como tal
como la principal prioridad de la corona su impulso, y por si fuera poco, muy
pocas administraciones coloniales estaban de acuerdo con dicha reforma al
control sobre las tierras, que fue la principal razón de este conflicto y la
desavenencias entre las mismas autoridades, al no estar satisfechos con las nuevas
imposiciones hechas a los criollos de la época, y mucho más por los
inconformismos desatados en los indígenas. Básicamente, esta historiadora
propone en una primera parte de su investigación se propone comprobar la
racionalidad económica sobre lo que las autoridades coloniales consideraron las
tierras de los resguardos como sitios más adecuados para ubicar a los
denominados “vecinos” carentes de tierras. También cabe mencionar que otra
importante razón fue por su importancia por la fertilidad de los suelos y su
estrategia geográfica para la cercanía de estos a los centros urbanos más
cercanos.
Por
ello entre los principales aspectos, es que en que en cada capítulo de la obra
hace énfasis como la otorgación de las tierras permite evaluar a la población tributaria
las denominadas tierras comunales, como su distribución, extensión, límites, y
las primeras dificultades en donde empezaron a presentarse con los pueblos de
indios y los funcionarios coloniales que registraron al ejecutar la otorgación
y expropiación de bienes territoriales comunales, causa común donde en algunas
regiones de la provincia de Tunja se vió la necesidad de la reducción de
resguardos, la redistribución de los poblados de indígenas al redistribuirlos
en lugares de esta escasa población y las insurrecciones de alguno de estos por
perder su parte a los derechos de las tierras que originalmente les habían
entregado para poder vivir.
Fue
evidente que se presentaban ciertas posiciones de los funcionarios del
virreinato en algunos de estos aspectos, la poca relevancia de estas prácticas
que incluso terminaban afectando al manejo y utilidad de las tierras comunales.
La racionalidad y utilidad de las tierras desde la perspectiva socio-económica
en parte se cobraba el proceso de reforma en una región donde los vestigios de
las encomiendas aún estaban presentes, justamente cuando los virreyes buscaban
jerarquizar la relación de mando como la principal autoridad en el territorio
colonial, teniendo en cuenta los resultados de las diferentes visitas de los ya
mencionados visitadores y las determinaciones realizadas a partir de las
mismas, todo con la firme tenacidad de buscar un mayor control jurídico,
administrativo, territorial y socio-económico de las colonias, en este caso
particular sobre lo que pasaba en la provincia de Tunja, luego de dos siglos de
permanencia jurídica de la política de segregación absoluta, que había
dificultado las relaciones entre la corona a través de sus representantes las
autoridades del Nuevo Reino de Granada ante la relación Indígena frente a la
alarmante y creciente población mestiza, negra y blanca. Desde 1750 es cuando
ya se establece el debate sobre este tipo de segregación, que dividió la idea
de segregación absoluta y la integración total de la población indígena. Por lo
tanto, es muy importante que se resalta la labor de los visitadores a la
provincia de Tunja por parte de Andrés Berdugo y Oquendo (1755), Joaquín
Aróstegui y Escoto (1759), y su delegado José María Campuzano y Lanz (1777),
así como las conclusiones realizadas por el visitador general del reino, Juan
Francisco Gutiérrez de Piñeres sobre los resultados del manejo tributario de
las tierras frente a las determinaciones políticas de los visitadores
mencionados, y la más importante, la impartida por el oidor José Joaquín Vasco
y Vargas, el más implacable opositor a la reforma propuesta por Moreno y
Escandón, sobre la expulsión de las tierras del nuevo Reino a los Jesuitas
debido a su forma de controlar las tierras y quitarle su participación a las
autoridades, y en tanto que sus visitas reflejaron la nueva realidad
demográfica, que indicaba una presencia abrumadora de gentes blancas y
mestizas, a las cuales había que brindar mayor atención oficial por cuanto se
tenía la convicción de que ellas eran ahora la base propulsora del progreso
social y económico.
Finalmente,
con base a lo anterior, la obra investigativa finaliza con las diferentes
determinaciones realizadas en cada región de la provincia de Tunja, donde sus
resultados fue la creación de diferentes pueblos nuevos, la importancia de
resaltar la redistribución de las tierras de resguardos en regiones como lo que
corresponde a pueblos la importancia de la creación de parroquias como el
principal factor de ámbito social y espacial del altiplano cundiboyacense de
finales del siglo XVIII, debido a los resultados de la distribución demográfica
comparativa entre la provincia de Tunja frente a la Provincia de Santa Fe, y
que producto de los resultados de la cantidad de tierras comunales que existía
y que efectivamente afectaba la reducción de los pueblos indígenas como medida
especial para redistribuir el uso de la tierra de manera más equitativa y
efectiva.
CRITICA:
A
lo anterior, este es un texto que resalta sobre todo la importancia del papel
del manejo de la Tierra y sobre todo el papel de los procesos que llevaron a
partir de las reformas borbónicas a conllevar medidas que se habían implantado
anteriormente a inicios del Siglo XVIII, pero que solamente se verían
evidenciadas después de 1750 sobre el manejo de la tierra y la política
segregacionista que había sido impartida hasta ese entonces. Por lo tanto, la
Historiadora, Diana Bonnett, recalca esta importancia en el marco de la
situación que generaría para la población de la Provincia de Tunja su status quo
frente a las demás provincias del Nuevo Reino de Granada, a partir de lo que
ella considera se justifica una evaluación del proceso de las diferentes
visitas realizadas entre 1750 a 1780, período en el cual también se ejecuta la
relevancia del papel de la iglesia en los asuntos del estado, implicando la
expulsión de varias congregaciones religiosas en ciertos lugares, y la
repartición más organizada para el manejo equitativo de las tierras y que
evaluaba como estas rendían tributaje, ya que en esos tiempos desestimaba
cifras en un principio inexactas y las respectivas pérdidas económicas que
acarreaba, por lo que la autora resalta a través del marco demográfico como era
que cada región de las provincias y como la distribución espacial fue un factor
primordial para las reformas realizadas a cabo.
La Tendencia
Historiográfica es clara, es una influencia de un estudio social, o sea
siguiendo una tendencia de la escuela de los Annales de la primera generación, ya que se centra en el
estudio demográfico y el papel de la administración colonial, se evidencia la
diversa colección de información detalladas a partir de los estudios hechos del
archivo (archivo regional, departamental y nacional, así como fuentes basados
de notarías) en diversas fuentes, ya que tiene diversos documentos siempre
terminan citando con mucha relevancia los resultados de las visitas realizadas
(y que determinan como resultado por regiones) la veracidad de los datos
demográficos (y a través del resultado cuantitativo) lo que demuestra como
evidencia la realidad de las provincias del Nuevo Reino de Granada.
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